Muchas veces nos preguntamos qué es lo que pasa por nuestra cabeza justo antes de morirnos. A cada persona le pasa de forma distinta, pero todos sentimos lo mismo,esa sensación de angustia y miedo que solo pasa si aceptas tu destino.
Mi historia fue aterradora:
Todo empezó una noche de sábado, el 8 de diciembre de 2023, después de haber estado en la fiesta de esa niña pija, Katy, había bebido mucho y había llegado a casa a duras penas. Me quedé dormida nada más llegar a mi habitación.
Desperté con un fuerte dolor de cabeza unas horas más tarde, empecé a tener una sensación extraña, como si alguien me estuviese observando. Se escuchaban ruidos fuera, me levanté a ver qué pasaba.
Al llegar a la cocina las luces empezaron a parpadear, un hormigueo me recorrió todo el cuerpo, no podía moverme me quedé paralizada enfrente del cristal de la puerta hasta que me percaté de una sombra reflejada. Empecé a dar la vuelta con una sensación extraña en el pecho, y entonces lo ví, una figura encapuchada estaba tan solo a unos metros de mí. Se quitó la capucha dejándome ver su rostro, era extraño, pues se parecía a mí padre, al ver la cara de ese hombre pude reaccionar por el miedo que infringía y salí corriendo por la puerta de mi casa.
Desperté en mi cama agitada con un dolor más intenso en el pecho y lágrimas en los ojos. Vi el reloj, las 07:30, menos mal que solo era una pesadilla. Me levanté de la cama, fui a la cocina a prepararme un sándwich. Mientras tostaba el pan, la tostadora empezó a arder, asustada cogí un trapo de la cocina e intenté apagar el fuego. Cuando conseguí apagarlo, también se apagaron todas las luces de la casa, fundiéndose al instante. Asustada me dispuse a ir a mi habitación, pero en ese momento me di cuenta del terrible error que había cometido, vi ese rostro otra vez esperándome en las escaleras, el de mi padre, pero no era él, no podía serlo.
Se acercó a mí, y yo inmóvil presa del pánico. No fue hasta que pude escuchar su respiración por la cercanía que grité, grité todo lo alto que pude, más alto que aquella última vez que le ví, aquel día en el que llegó la policía y se lo llevó para siempre. Salí corriendo nuevamente por la puerta de mi casa, y…
Me volví a despertar, esta vez con un dolor en el pecho más intenso que antes, estaba asustada, tenía miedo, miré el reloj, las 07:30, igual que la última vez. No podía entenderlo, simplemente me dí cuenta de lo que estaba pasando, estaba repitiendo el sueño una y otra vez, pero no se quedaba ahí, ese ser con el rostro de mi padre era el que me está haciendo esto, estoy segura, venía a vengarse, pero hoy no lo conseguirá. Me fuí a la cocina, encendí las luces y como era de esperar se fundieron al instante el monstruo apareció en una esquina, me
asusté, pero esta vez pregunté:-¿Qué quieres de mí?-. Se acercó lentamente, pero no me moví, terminando frente a frente.
-Es tu hora-Su voz sonaba en un susurro frío, un escalofrío recorrió mi cuerpo y entonces lo ví, su verdadero rostro.
Empezó a moverse y lo seguí, subió las escaleras y fué hasta el cuarto de mi madre donde se fué por la ventana. Me fijé en una nota del marco de la ventana:”Ha llegado la hora de volvernos a ver. Te quiere, mamá.”
Mi mente volvió a esa noche, los gritos de mis padres discutiendo, los golpes, los llantos de mi madre y ese grito final que terminó con la muerte de mi madre, empujada por mi padre. Entonces lo entendí, mi hora había llegado, estaba muerta, atrapada en el limbo de mi peor recuerdo, y tenía que dejarlo ir. Me asomé a la ventana y sin pensarlo dos veces me tiré, aceptando mi destino, esperando ver a mi madre otra vez.
Blanca Merino
Telma Meneses
Ana Oveda Hernández
Daniel Rubio
David Fuentes
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